Este año, el Mes de Herencia Hispana viene a un tiempo tenso en los Estados Unidos y es un momento esencial para la comunidad Hispana. Solo en el último año, hemos visto arrestos de inmigración (ICE) subir 43 porciento, el perdón presidencial de sheriff Arpaio que manejaba una cárcel cruel e inhumana en el desierto para gente Hispanos, Mexicanos acusados de ser violadores y asesinos, la revocación federal de protecciones de DACA, negligencia de un desastre humanitario en Puerto Rico, 28,000 arrestos no criminales por ICE, y la selección de mujeres embarazadas y niños en ciudades de santuario. La lista continúa y no enseña señales de despasar o parar bajo la administración actual. Exacerbado por todo esto es el creciente déficit en oportunidades de educación y éxito para los estudiantes Hispanos.
En 1974, 14 porciento de estudiantes blancos completaron cuatro años de universidad, comparado a 5.4 porciento de estudiantes de la raza negra y 5.5 porciento de estudiantes Hispanos. En 2015, 41 años desde entonces, la terminación de cuatro años por estudiantes blancos ha subido 36.2 porciento, cuando 22.5 porciento de estudiantes de la raza negra y 15.5 porciento de Hispanos hicieron lo mismo – extendiendo la diferencia a 20.7 porciento. Esto puede ser debido a la canalización de estudiantes hispanos a los colegios públicos de dos años, pero también se debe a la incapacidad de las instituciones de cuatro años para guiar a los estudiantes a la graduación.
Hay una división clara entre tasas de graduación en Instituciones Sirvientas a Hispanos (HSIs) y no-HSIs. HSI se definen como instituciones donde al menos el 25 porciento de los estudiantes son Hispanos. A pesar de matriculando a estudiantes con grados de SAT más bajos, usualmente considerado a ser un predictor de éxito universitario, HSIs gradúan porcentajes más altos de estudiantes Hispanos y han empezado a cerrar la diferencia entre las tasas de graduación Hispanas y las tasas de graduación a su contrapartida blanca.
En 2017, en medio de cambios en la poblacion demografica en los Estados Unidos y considerando el crecimiento rapido en matriculacion universitaria Hispana, todas escuelas deberian enforzarze a ser “Instituciones Sirvientas a Hispanos,” no sólo de acuerdo a la definición técnica. Esto significa que el liderazgo y personal escolar tienen que tomar pasos sustanciales y visibles para crear un ambiente en campus que apoya sus estudiantes Hispanos.
Un estudio publicado por Ethnic and Racial Studies encontro que en escuela secundaria, muchachos Latinos con mejor conocimiento de la ley Arizona SB1070 – mas appropiadamente, pero menos cariñosamente conisida como la ley “enseñame tus papeles” – lucharon con comportamiento en la aula, mas de ellos con menos conocimiento. Simple conciencia de una póliza discriminatoria fue suficiente para afectar resultados del aula en niños Hispanos. Uno solo puede imaginarse el grado cual nuestra atmosfera politica afectara estudiantes Hispanos, especialmente con la amenaza inminente de deportacion de amigos y familia. La revocacion de DACA solo amplifica esto, como estudiantes se han convertido en marcas y estudiantes universitarios son a menudo super conciente de estas cuestiones.
Con el fin de fomentar un ambiente de aprendizaje efectivo y de apoyo, el liderazgo escolar no debe temer hablar en contra de la injusticia racial. Declarar la oposición o condenar actos de racismo o de supremacía blanca no es tomar una postura política, sino que es eligir activamente a defender a los estudiantes de quienes son responsables. Si no fuera por razones morales, el liderazgo y los educadores debían discutir estos temas de discriminación racial, porque al hacerlo se logra obtener ganancias en la satisfacción universitaria, una mejor percepción del clima racial del campus, el compromiso intelectual, el sentido de comunidad y consecuentemente las tasas de graduación para estudiantes de color.
Por otra parte, investigaciones muestran que los estudiantes de color que asisten a las escuelas con personal y facultad predominantemente blanco se sienten tokenizados y aislados, dando lugar a caídas significativas en las tasas de finalización y graduación. La contratación de educadores que reflejen mejor la población estudiantil, y presumiblemente la población en general, sin duda dará resultados positivos en el rendimiento y la satisfacción de los estudiantes.
Este año ha sido un período sin precedentes de tensión en las relaciones raciales y en la política de educación por igual. Sin embargo, estas cuestiones no deben eclipsar totalmente las ganancias significativas que los estudiantes hispanos y las familias han hecho hasta ahora. Hispano y Latinx es ahora la población de más rápido crecimiento de la matrícula universitaria en los Estados Unido. La matrícula universitaria es más alta que nunca y las tasas de deserción escolar son ahora las más bajas que hayan tenido. Estos logros se deben celebrar como un progreso importante, pero debe entenderse que los estudiantes hispanos todavía tienen un largo camino por recorrer para cerrar la brecha de logros y acceder adecuadamente a la educación superior.
Es fundamental, ahora más que nunca, proteger el progreso que hemos hecho y seguir abriendo puertas a nuestros jóvenes hispanos e inmigrantes. Todo comienza con el apoyo a nuestros hijos y haciendo muy claro que todos los estudiantes son bienvenidos y capaces, sin importar raza, color de piel, código postal, ingreso o país de origen.
En solidaridad,
Ryan Fajet
Democrats for Education Reform—New York